google.com, pub-3034374697620972, DIRECT, f08c47fec0942fa0 UBA Psico Trabajos y Monografías: julio 2011
Monografías, exámenes domiciliarios y trabajos prácticos, individuales y grupales, realizados para la cursada de materias de la carrera Psicología en la UBA. Los trabajos fueron subidos al blog sin modificaciones ni correcciones posteriores indicándose la nota correspondiente. Los originales están archivados en la Facultad.

Monografía de Seminario “La inadaptación social de los delincuentes” Capítulo V del libro Criminología de José Ingenieros - Historia de la Psicología - Cátedra II Prof. Dra. Lucía Rossi (Nota 8)




Universidad de Buenos Aires
Facultad de Psicología

Historia de la Psicología - Cátedra II
Prof. Dra. Lucía Rossi

 Monografía de Seminario
"La inadaptación social de los delincuentes"
Capítulo V del libro Criminología de José Ingenieros

 




Estudiante:
Individual

año 2011 – primer cuatrimestre

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José Ingenieros, cuyo nombre real era Giuseppe Ingegnieri, nació en Italia en 1877, de muy pequeño vino con sus padres a la Argentina, donde desde niño, debido a las dificultades económicas en su hogar, trabajó junto a su a padre, que era periodista, como corrector de pruebas de imprenta. Recibido de farmacéutico y médico, se dedicó a la psiquiatra, la criminología, la docencia y la filosofía, fue un infatigable lector y un prolífico escritor. Popular por un modo de vestir extravagante y exuberante que sostuvo hasta 1910 y poseedor de un especial sentido del humor y de la broma(1), fue uno de los más destacados representantes del Positivismo en la Argentina. Falleció en el año 1925 a la edad de 48 años.


Considerando la periodización histórica propuesta por el sociólogo argentino Gino Germani para la cual toma como eje fundamental de división el modo de participación política, ubicamos a José Ingenieros dentro del primer período de democracia de participación restringida entre los años 1880 y 1916. Estos años estuvieron caracterizados políticamente por un estado conservador donde la conducción del país estaba en manos de las clases ilustradas que, subordinadas al poder económico de los terratenientes, teniendo como meta la organización nacional y el desarrollo de formas modernas de producción agropecuaria a través de la captación de capitales extranjeros, promovió la inmigración europea con consecuencias políticas y económicas inesperadas para las elites dirigentes.

La masiva llegada de inmigrantes europeos al país, en su mayoría acostumbrados a las labores agrarias, de precarios recursos culturales y sanitarios, sumados a la corriente migratoria interna hacia los centros urbanos, la falta de políticas sociales que legitimen los derechos de los habitantes, de asignación de tierras y de integración económica derivan en una temprana y desorganizada urbanización de la ciudad. La población se aglomera en inquilinatos, los famosos conventillos de los que da cuenta parte de la literatura local, surgen improvisados oficios urbanos, se extrema la polarización entre una elite minoritaria con el poder de toma de decisiones que afectan a la sociedad en su conjunto y el resto de la población que en general está sumida en la pobreza o subsistencia precaria. Estando ambos extremos concentrados en la misma ciudad, las clases gobernantes instrumentan políticas institucionales para ejercer el control e imponer un orden social con el acento puesto en la disfuncionalidad en la integración laboral, su contención y derivación asistencial: hospicios, asilos, cárceles y escuelas.
En este contexto político, social y económico el sujeto es definido desde las instituciones en términos funcionales a las políticas del Estado como pasivo y determinado por causas externas ajenas a él. "En los momentos de máxima restricción política, prevalece una concepción pasivizante del sujeto social: aparece retratado en sus déficit, imposibilidades y minusvalías, con necesidad de ser 'asistido'. Prevalecen explicaciones naturalistas, que amortiguan y atenúan el componente subjetivo, a favor de una fundamentación que destaca la inexorabilidad determinista del carácter biológico. La psicología, en este contexto, formará parte de un complejo sistema de tutelajes, que encubren sutiles formas de control social" (Rossi 2001). José Ingenieros es una de las figuras más relevantes de este período con su protagonismo y desarrollos médico y filosófico en criminología, su enfoque es genético y se afianza en el fundamento neurológico y el concepto de adaptación.


En su libro Criminología, Ingenieros fundamenta su crítica al Derecho Penal clásico y la definición del delito como toda violación del derecho sosteniendo que la aplicación de los criterios científicos al estudio del mismo abren una nueva concepción del Derecho fundada en los datos que aporta la criminología, la cual comenzaba a definir algunos principios generales. Contempla tres aspectos que considera fundamentales para el estudio del delito, uno que menciona como "terapéutica criminal" en referencia a la profilaxia y la represión de la criminalidad, un segundo aspecto es una "clínica criminológica" que contemple las características que presentan los delincuentes y como tercero, la "etiología criminal" que se enfoque en las causas de la criminalidad; esta última encargada de estudiar por un lado los factores propios de la constitución psicofísica de los delincuentes diferenciando entre el estudio de las características morfológicas y las anormalidades psicológicas, y por otro lado los factores que son propios del ambiente en el que el criminal actúa, atendiendo a las causas propias del ambiente social y a las causas propias del ambiente físico. Sostiene que todos estos factores pueden estar combinados en diferentes proporciones pero que siempre son concurrentes en la determinación del delito y que en el estudio de las causas se evidencia que siempre junto a los factores sociales y físicos existen factores antropológicos representados en las anormalidades de los delincuentes, pero, restando peso a las teorizaciones de Lombroso al que reprocha el limitarse solamente a la consideración de los rasgos atávicos, aunque con el reconocimiento de que a partir de él se comenzó a estudiar al delincuente y no al delito, sostiene que las anormalidades morfológicas pueden referir a lo que llama degeneración en general y es insuficiente para inferirle un valor específico como exponente de criminalidad, basa entonces el estudio fundamental y específico de los delincuentes en las anormalidades de su funcionamiento psicológico, indicando que "Si se pudiera hablar de escuelas para designar las tendencias científicas, la nueva debería llamarse escuela psicopatológica" (Ingenieros 1913). Desde esta postura queda definida la criminalidad desde lo patológico en términos de ambiente y adaptación.

El capítulo V, que es el que nos atañe, "La inadaptación social de los delincuentes", parte desde la consideración del individuo como un ser biológico en el que la adquisición progresiva de las funciones psíquicas están determinadas por las condiciones de existencia y adaptación. Me interesa de este capítulo, sin abundar en todas las consideraciones que el autor expresa y que harían demasiada extensa la elaboración del presente trabajo, rescatar y puntualizar  algunas frases específicas que dan cuenta de la mirada que los sectores dominantes de la sociedad tenían sobre el resto de la población y del consenso encontrado en parte de la comunidad científica y las instituciones de la época, desde donde se construyeron las concepciones que favorecieron la implementación de políticas destinadas a ejercer el control y ordenamiento social en nombre de la defensa de la sociedad.

 Ingenieros desarrolla este capítulo en cinco apartados, el primero de ellos trata de la formación natural de la personalidad social, donde desarrolla conceptos en su mayoría sostenidos en la teoría evolucionista de Darwin, indica que en el desenvolvimiento individual intervienen dos factores, uno de ellos la educación, que define como "el proceso continuo de adaptación del temperamento congénito al medio social.", el otro factor es la herencia y especifica que cada individuo "recibe al nacer determinadas tendencias biopsíquicas; el patrimonio hereditario representa la mentalidad común a la especie, más las variaciones especiales adquiridas por sus ascendientes directos, raza, sociedad, familia" para luego afirmar que la herencia psicológica es un hecho indiscutido de la psicología contemporánea. En la última frase de la cita donde son mencionadas las variaciones dadas en la ascendencia directa se puede tomar nota del lugar y las limitaciones que se les asigna a ciertos actores sociales, la construcción del sujeto pasivo y determinado por causas externas y ajenas al mismo, justificando de este modo la participación política restringida. Más adelante en el segundo apartado que trata de la personalidad, el carácter y la conducta, dice que "un espíritu pobre, desprovisto de toda educación, será un fronterizo perpetuo de la imbecilidad; si, en cambio, recibe una educación hábil y paciente, puede llegar a adaptarse bien a su medio social y hasta ser considerado como un hombre de mentalidad superior, hecho que se observa con frecuencia en las clases sociales privilegiadas.". Si bien en este apartado hace referencia a las diferencias en las aptitudes individuales y en la educación destacando la importancia de esta última, siendo la escuela la institución en la que, como modo de ordenar socialmente al individuo, se deriva la responsabilidad de educar, no deja de destacar aquello que por cuestiones evolutivas es característico de las clases sociales privilegiadas, la mentalidad superior, que no contrasta cuando en el capítulo VIII dice que "la miseria fue, en todo tiempo, un factor de la criminalidad" al exponer la necesidad de una legislación social como principal medida para la previsión y profilaxia de la delincuencia además de la profilaxia de la inmigración, la educación social de la infancia y la corrección preventiva de la malvivencia.
En el apartado tercero donde hace un desarrollo de los caracteres anormales y la conducta antisocial, en el que especifica que la conducta se mide con relación a la sociedad que construye los conceptos sociales de moral, derecho, mal y delito, que el carácter tiene también un valor social según se traduzca en actos adaptados a la moral y el derecho vigente pudiendo ser bueno o malo, honesto o delictuoso y que las anormalidades que presente pueden ser tanto productos de la herencia biopsíquica como de la mala influencia educativa del medio social, define "como patológico todo carácter que se manifiesta por una conducta inadaptada al medio social. Si la inadaptación no es nociva, el hombre es simplemente «extrasocial»; si, además de inadaptada, es nociva a la sociedad o a sus componentes, el hombre es «antisocial», y según los casos será inmoral ó delincuente.".  Define el objeto de estudio de la psicología criminal y lo circunscribe dentro de un contexto social en donde de antemano está también definido institucionalmente el rol del sujeto y su funcionalidad dentro de un marco ordenador beneficioso para la sociedad en la que la lucha por la vida se ve intensificada, al menos en las grandes ciudades como describe en un capítulo posterior.
En el cuarto apartado trata de la psicopatología de los delincuentes, y lo abre especificando, como anticipara en el título, que la ciencia encargada de estudiar la conducta antisocial que se manifiesta por actos delictuosos es la psicopatología y subraya que la misma "es una rama de la psicología clínica y toma sus fundamentos en la patología mental: no en el absurdo sentido de que todo delincuente debe ser estudiado como si fuera un loco, sino en el de que presenta anomalías de sus funciones psíquicas que determinan la inadaptación social de su conducta.". El delincuente no es necesariamente un loco, pero en la medida en que es disfuncional se lo define en los términos de la patología y la enfermedad, de lo cual resultará su derivación a la institución que resulte pertinente, tal como manifiesta en el capítulo VIII: prisiones para los delincuentes ocasionales de mínima temibilidad, penitenciarías para delincuentes reformables de mediana temibilidad, presidios para delincuentes irreformables de temibilidad máxima y los establecimientos especiales (asilos de contraventores, asilos de menores, prisiones de procesados, manicomios criminales y cárceles de mujeres).
Ya en el apartado cinco a modo de resumen del capítulo cierra con las conclusiones del mismo entre las que leemos: "Cuando los actos que exteriorizan el carácter individual no se adaptan a las condiciones sociales de lucha por la vida (representadas por la moral y concretadas en el derecho) los actos son, socialmente, inmorales o delictuosos. Por eso la psicopatología de los delincuentes debe estudiar el valor de sus actos con respecto a la sociedad." Y en el párrafo final: "En los diversos delincuentes se observa un predominio de las anomalías morales, intelectuales o volitivas, lo mismo que en los caracteres normales.". Estas dos frases ilustran el recorrido inicial del presente trabajo en el que se desarrollan las características del primer período de democracia de participación fuertemente restringida en donde la universidad y la psicología, trabajando en sintonía en un mismo proyecto con el Estado, sostienen un concepto de sujeto pasivo y manipulable para definir políticas tendientes al control y el ordenamiento en medio de una situación crítica de vertiginosa e intensa transformación social, donde la mayoría de la población pertenece a los estratos de menores recursos y el país es conducido por minoritarias elites ilustradas subordinadas a un grupo de terratenientes con absoluto poder económico.


A modo de conclusión, desde una apreciación personal y tangencial al desarrollo precedente, después de haber trabajado los textos del seminario, de la cátedra, la fuente escogida para la presente elaboración y de haber indagado aspectos concernientes a la personalidad y vida del autor elegido, reflexiono sobre el papel que juegan todos los actores sociales en un escenario social dado, construyendo conceptos que definen sectores y clases, identidades e identificaciones, y aquellos que conscientemente o no, atravesados por su época, valiéndose de las herramientas intelectuales de que disponen, categorizan denotando y connotando la propia posición en esa sociedad, escriben una historia que desde diferentes perspectivas invita a pensar. Relacionando ahora este cierre con la materia, especialmente los temas vistos en seminario, si tuviera que elegir el recorte de uno de ellos para profundizar e investigar sería la interrelación entre la historia individual de José Ingenieros, representante más destacado e influyente del positivismo en la Argentina, y la subjetividad de su época, la retroalimentación existente entre los escenarios posibles por los que dicho personaje transitó, la huella que cada uno dejó en el otro y las posteriores incidencias en contextos sociales más amplios.




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1 Buscando información adicional que me diera una referencia más amplia acerca de José Ingenieros en su dimensión humana en tanto sujeto de su época, de la mucha que hallé, hubo un texto que cito en la bibliografía debido a que resume algunos aspectos de su personalidad que me eran desconocidos y es de donde tomo la referencia a su sentido de la broma. Transcribo tres breves párrafos: "…fuera suspendido del Partido Socialista por ir a una manifestación obrera de levita y galera. En efecto: se había hecho popular por su exótica manera de vestir: embolsado en una inmensa levita, sombrero de copa, cuello gigante, chaleco colorado. Solía utilizar un prendedor que decía 'Arbiter Elegantarium'. Vestimentas extrañas que dejó de usar después de 1910.". "Le gustaba gastar bromas crueles tales como presentar como un caso clínico en la Revista de Psiquiatría a un escritor uruguayo, que no gozaba de su simpatía. O salir en defensa de un intelectual para que no fuera deportado por la Ley de Residencia, cuando el mismo no tenía inconvenientes. O presentar y homenajear como escritores consagrados a alienados que sacaba del hospicio. También eludir un reto a duelo, argumentando que no podía batirse con un enfermo mental a quien tenía en asistencia.".  "A su vuelta de Europa, deseaba ser admitido en el Jockey Club, al cual no pudo acceder, no tanto por su pasado de inmigrante socialista y bromista, sino por su indiscreción como psiquiatra. Pues en una publicación que había efectuado, del ejemplo clínico podía deducirse la identidad de la paciente, que era familiar de alguno de la comisión directiva.". Este hallazgo, sumado al aspecto académico y sus desarrollos, vistos en el seminario y para la presente elaboración, me abren a una nueva perspectiva sobre el autor y su inclusión dentro la época y sociedad en la que le tocó ser partícipe, claro que nada tiene que ver con la consigna del trabajo y debido a eso lo agrego como nota al final del documento. José Ingenieros, autor de El hombre mediocre, publicado en el mismo año que Criminología, se me presenta, en lo personal, como un personaje atractivo y curioso de ser estudiado más a fondo por cuestiones que a primera vista suscitan intrigas y curiosidad en mí; un inmigrante que nacionaliza su nombre, que pasa necesidades económicas en su niñez por las que a temprana edad debe trabajar con su padre, que de adulto viste de forma extravagante por lo que no pasa desapercibido, que sostiene discursos en los que contrasta al hombre de genio con el hombre de la mediocridad y advierte acerca de los peligros de la misma, con inclinación a gastar bromas crueles sobre todo a sus adversarios o dejar deslizar por deducción la identidad de una paciente, un hombre que sabe ganarse una posición prominente e influyente en la sociedad de su tiempo y que a su vez teoriza y sienta las bases de una psicopatología criminal desde la que se habilita el control sobre la sociedad y los individuos que la conforman. Muchos interrogantes me surgen sobre Ingenieros que tienen que ver con los aspectos íntimos de su pensamiento y su sentir y las circunstancias que lo motivaron y movilizaron, pero escapan a la consigna de este trabajo.



Bibliografía


García de Onrubia, L.: "Tres momentos de la constitución de la psicología en la Argentina", en Rossi L. y col.: Psicología en Argentina. Capítulos olvidados de una historia reciente. Editorial Tekné. Buenos Aires. 1994.
Ingenieros, J.: (1913) Criminología. Daniel Jorro Editor. Madrid.  Se utilizó la versión electrónica descargada de Scribd es.scribd.com
Ingenieros, J.: (1909) "La psicología en la República Argentina (1909)", en Anales de la Sociedad de Psicología de Buenos Aires. I. 1910.
Mangiola, B.: El multifacético José Ingenieros (esbozado en cuatro tiempos) (1998) en www.herreros.com.ar/ingeniero.htm
Miceli, C.: "El método patológico de Ribot y la psicología experimental en la Argentina de principios de siglo", en Rossi L. y col.: Psicología en Argentina. Capítulos olvidados de una historia reciente. Editorial Tekné. Buenos Aires. 1994.
Rossi L. y col.: Psicología: su inscripción universitaria como profesión. JVE Ediciones. Eudeba. Buenos Aires. 2001.
Rossi L. y col.: Psicología: Secuencias instituyentes de una profesión. Editorial Secretaría de la Cultura, Facultad de Psicología, UBA. 1995.

“Segundo informe de elaboración” - Historia de la Psicología - Cátedra II Prof. Dra. Lucía Rossi (Nota 8)


Universidad de Buenos Aires
Facultad de Psicología


Historia de la Psicología - Cátedra II
Prof. Dra. Lucía Rossi


 "segundo informe de elaboración"



Estudiante:
Individual


año 2011 – primer cuatrimestre

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Consigna:

"Los órganos externos del movimiento son conducidos a participar en la influencia emotiva" (W. Wundt). Desarrolle la cita desde su autor estableciendo relaciones con el Evolucionismo y la Clínica Patológica Francesa respecto de la relación cuerpo-emoción. De cuenta del lugar de la consciencia en el Conductismo, relacione con el camino metódico seguido por cada productor y de cuenta de los motivos por los cuales Ribot decide retomar el concepto de Pasión.


Elaboración:

En el contexto de la frase de Wundt, representante del romanticismo alemán, que abre la consigna podemos situar como punto de partida una primera diferencia entre este autor y el evolucionismo de Darwin en referencia a un tema que ambos abordan, la expresión de las emociones. Wundt destaca el carácter afectivo y subjetivo en la relación cuerpo-emoción, lo psíquico es primero para este autor, mientras que Darwin considera la emoción como el derivado instintivo de un acto adaptativo. Esta consideración da cuenta, en un mismo paradigma, de dos diseños diferentes en la concepción del individuo en su entorno, tenemos en Wundt un sujeto relacionado con su ambiente empáticamente formando parte del mismo desde la interacción participativa, en Darwin, en cambio, el individuo se halla inmerso en un ambiente que le es hostil y amenazante, donde debe luchar y adaptarse para poder sobrevivir. El paradigma común de estos dos diseños es la vida, lo biológico, que da cuenta de una unidad y totalidad donde ya no es posible descomponer en partes y volver a componer, hay algo que se pierde en esa descomposición por lo que no se vuelve a la totalidad, lo biológico no es reductible, el sujeto es en este momento considerado un organismo en interacción con su medio ambiente, el cuerpo es considerado desde una perspectiva biológica y la emoción es considerada desde sus expresiones y los movimientos fisiológicos por los que están acompañadas.

Consideremos inicialmente a Wundt siendo este el autor con el que se abre la consigna. Este autor propone un paralelismo psicofísico donde por un lado, desde lo físico, se hallan las sensaciones que constituyen las representaciones, que son mensurables y cuantificables en la experiencia del laboratorio y por otro lado, desde lo psíquico, los sentimientos de carácter cualitativo y subjetivo que no son medibles pero si clasificables.
Define al sentimiento como un estado no duradero, que se desarrolla con lentitud y es de intensidad media del cual no puede establecerse un límite preciso con la emoción, a la que define como un curso de sentimientos que se sostiene en el tiempo, con una acción intensa en el individuo y que se expresa en términos de síntomas en el cuerpo. Wundt no hace distinción entre emociones y pasiones por considerar que estas últimas no constituyen en los procesos psíquicos un dominio independiente. Una emoción comienza con un sentimiento inicial para continuar con un curso representativo y terminar en un sentimiento final que puede volver más serena a la emoción, provocar el inicio de una nueva emoción o terminar en un acto como resultado de un proceso volitivo. Dice que en el transcurso de una emoción no solamente son observables los efectos en el contenido psíquico de los sentimientos que la componen, sino que también en los fenómenos físicos que la acompañan, a los que denomina como movimientos expresivos y distingue en su carácter sintomático tres clases: 1) Síntomas puramente intensivos, que son movimientos exagerados en emociones muy violentas como el temblor muscular o sacudimientos convulsivos con repentina detención o paralización del movimiento. 2) Exteriorizaciones sentimentales cualitativas, que son los movimientos mímicos entre los que destaca en primer lugar los movimientos de los músculos de la boca. 3) Exteriorizaciones representativas, que consisten en los movimientos pantomímicos o movimientos indicativos de los brazos y todo el cuerpo. Estos movimientos se acompañan de modificaciones internas como pueden ser en el pulso y la respiración. Los movimientos mímicos y pantomímicos surgen involuntariamente pero la voluntad puede modificarlos.
El método utilizado por Wundt es la introspección experimental en el que se establece el paralelismo psicofísico a través de la observación indirecta, cualitativa, introspectiva, subjetiva, que llama método de impresión, y por otro lado la observación directa y experimental, cuantitativa, objetiva, que llama método de expresión. Lo primero atañe a la conciencia, lo segundo a lo fisiológico.

En Darwin encontramos que el estudio de las emociones no considera el aspecto subjetivo, solamente se ocupa de la exteriorización de las emociones poniendo el acento en el desarrollo filogenético, en el instinto, el hombre es un animal más y como tal está expuesto, en la lucha por su supervivencia, a la acción externa del medio que desencadenará una respuesta instintiva, las respuestas útiles a la continuidad de la especie, las respuestas adaptativas se conservan pasándose de generación a generación.
Dice Darwin que: todo acto, cualquiera sea su naturaleza, que acompañe una emoción, se hace expresivo. Considera de este modo a la emoción desde las acciones expresivas del cuerpo, observa que en los animales estos gestos expresivos también se manifiestan del mismo modo que en el hombre, lo que lo lleva a pensar que estos gestos son heredados y no aprendidos. Existen, para Darwin, tres principios por los que las principales acciones expresivas se desarrollaron: 1) La repetición frecuente de movimientos útiles para el cumplimiento de un deseo o el alivio de una sensación penosa termina tornando habituales estos movimientos al punto de que se reproducen aunque no representen utilidad y al aparecer en menor grado la sensación o el deseo que los desencadena. 2) la antítesis o la ejecución de movimientos opuestos voluntariamente ante impulsos también opuestos. 3) La acción directa del sistema nervioso excitado sobre el cuerpo, con independencia de la voluntad y en gran medida de la costumbre.
Para Darwin la conciencia, lo psíquico, es una adquisición tardía de la especie humana, lo mismo que considera la emoción como un resto instintivo en la memoria de esta. Enuncia como característica distintiva de la especie humana en todas las razas la capacidad de ruborizarse más allá de que sea perceptible por las diferencias en el color de la piel.
El método utilizado por Darwin es el patológico, observa los casos anormales que se dan en la naturaleza de los cuales deriva conclusiones sobre lo normal que considera es el camino evolutivo.

En la clínica patológica francesa destacamos inicialmente a Ribot, fundador de esta clínica. Según este autor en el siglo XVI tenía la expresión "pasiones del alma" un sentido amplio que abrazaba casi entera la vida de los sentimientos, pero por causa de los autores anglosajones ha caído en desuso al punto de ser abandonada y sustituida por el término emoción. Manifiesta la importancia de retomar el concepto de pasión debido a que aunque no todas puedan ser calificadas de enfermedades se acercan de tal manera que la diferencia entre los dos casos es imperceptible; un segundo argumento es que la palabra emoción es utilizada tanto para estados afectivos variados como para fenómenos especiales con características específicas, sostiene que esto es tan irracional como si en ciencia se utilizara un mismo término para designar el género y la especie. Propone retomar el concepto de pasión desde la posición de Kant pero desde los métodos de la psicología moderna y rechazando la posición exagerada de considerar a todas la pasiones como enfermedades. Es así que Ribot propone una división de las manifestaciones de la vida del sentimiento en tres grupos, tomando desde Kant el concepto de pasiones, de Darwin y el método patológico las emociones y, desde su propio aporte, los estados afectivos propiamente dichos.
Sostiene que los estados afectivos son necesidades o tendencias del organismo psico-físico, y define las emociones como reacciones abruptas de los instintos sobre el cuerpo, sobre los movimientos o la paralización de los mismos. Indica que la emoción es intensa y breve que comienza con un choque que provoca un desequilibrio, que brota del fondo inconsciente de nuestro organismo por lo que es natural, instintiva y se advierte en ella un bajo nivel de inteligencia. Contrariamente, la pasión está relacionada con el intelecto, es duradera y estable. Se forma por causas externas a las que le atribuye menor importancia que a las causas internas, dice que: el influjo de las causas exteriores es inversamente proporcional al poder de la predisposición o causa interna. Como causas externas enumeras las condiciones del medio y las circunstancias fortuitas, la imitación y la sugestión. Las causas internas que menciona como las verdaderas causas están dadas por la organización fisiológica del individuo, los influjos subconscientes e inconscientes, los instintos en el sentido de la psicología animal. En la teoría que construye de la pasión es fundamental la dimensión fisiológica del cuerpo. Señala tres características principales en el siguiente orden de importancia: la idea fija, la duración y la intensidad. Ribot relaciona lo psíquico con lo físico durante la construcción de su teoría, lo que puede leerse cuando usa términos como organismo mental u organismo psico-físico.

En esta misma escuela de la clínica patológica francesa encontramos a Dumas, discípulo de Ribot, quien no hace un desarrollo sobre la pasión sino sobre la emoción, desde las situaciones de choques emocionales y en los que observa una dimensión fisiológica del cuerpo. Sostiene que ante una situación inesperada que produce sorpresa y asombro se genera un choque emocional de lo que resulta la emoción que provoca una reacción fisiológica. No hay, según él, choque emocional que no tenga efectos orgánicos, define al choque emocional como un hecho biológico profundo y complejo en el que la causa psíquica que lo origina cumple únicamente un papel de desencadenamiento. Afirma que el choque se produce por el encuentro entre las tendencias y hábitos, hasta ese momento no conscientes, con un estímulo que se presenta inesperadamente y que entre el choque inicial y la emoción intervienen esquemas representativos por lo que en el origen de la emoción no solamente hay un choque, sino además una interpretación relativamente rápida de la causa. Dumas describe la unión entre lo fisiológico y lo psicológico en la emoción, de la que se puede dar cuenta en la clasificación de choques emocionales: 1) Los pequeños, que consisten en estados afectivos de menor intensidad caracterizados por excitaciones leves y corrientes con reacciones respiratorias y circulatorias como en un sobresalto. 2) Los medianos, más intensos, a los que le sigue una emoción propiamente dicha y de mayor duración con reacciones que consisten en un desequilibrio más intenso a nivel orgánico con aceleración del ritmo cardíaco y respiratorio y aumento o detención de los movimientos corporales. En este tipo de emoción juega un papel importante la representación pudiendo hacer reaparecer la emoción. 3) Los grandes, muy intensos, de estímulos muy fuertes que provocan reacciones fisiológicas tales como desequilibrio, desorden motriz, inhibición y se asocian a la parálisis y al bloqueo.

Watson, que inaugura el conductismo, sostiene que la conciencia es inobservable y la descarta, para él no hay conciencia en el individuo, lo que se observa es la conducta, los movimientos reflejos, las respuestas concatenadas a estímulos, el individuo es un sujeto reaccionante ante los estímulos del medio y en la medida en que va creciendo en sociedad esas respuestas se van condicionando y estandarizando, considera a las emociones como el nombre genérico de las reacciones. Las respuestas no son con autonomía del individuo, sino más bien automáticas. Su método es la observación experimental, traslada la escena de la vida real al laboratorio y como sostiene que las conductas de los adultos son complejas y están ya condicionadas socialmente, realiza sus observaciones en niños pequeños describiendo la existencia de tres tipos de respuestas emocionales básicas, incondicionadas y no estandarizadas por el aprendizaje, las llama, especificando que lo hace por convención y que bien podrían ser mencionadas con cualquier otro o como X, Y, Z, estas son: 1) El miedo, cuyos estímulos concatenados son producir un ruido fuerte a espaldas del individuo o hacerle perder la base de sustentación. 2) La ira, que se logra obstaculizando los movimientos corporales del individuo. 3) El amor, que se logra produciendo caricias o cosquillas en las zonas erógenas del individuo. Recordemos que los individuos de experimentación de Watson son niños de aproximadamente tres años de edad procedentes de orfanatos. Estas tres respuestas se repiten, se hacen habituales, se socializan y se complejizan por condicionamiento.

A modo de conclusión podemos mencionar que en estos autores el concepto de vida es abordado como una totalidad, lo emocional está relacionado con el costado biológico del individuo, ya sea desde la teorización que hace Darwin centrándose en el aspecto expresivo de las mismas y considerándolas remanentes instintuales evolutivos, tanto como desde las teorización que realizan Wundt centradas en el aspecto subjetivo. Ribot retoma el concepto abandonado de pasión y las distingue de las emociones, Dumas sigue la línea de su maestro Ribot pero centrado en la observación y el estudio de las emociones. Watson abordará el tema desde una perspectiva conductual concatenando estímulo y respuesta, desposeyendo al individuo de conciencia. En todos los casos el individuo está en interrelación con su medio ambiente, ya en situación de lucha y hostilidad, en situación de intercambio empático o en situación de sujeto reaccionante a los estímulos, tal como distinguimos respectivamente en Darwin, Wundt y Watson.

Bibliografía


Darwin, C. (1872). Conclusiones y resumen (Cap. 14). En, La expresión de las emociones en el hombres y en los animales. Buenos Aires: Intermundo. 1946.
Dumas, G. (1934). Los choques emocionales (Cap. 3), Las emociones (Cap 4), La naturaleza de la emoción (Cap. 7). En, Nuevo Tratado de Psicología. Buenos Aires: Kapeluz. 1951.
Ribot, T. (1907). Ensayo sobre las pasiones. Madrid: Jorro Editores.
Rossi, L. Teóricos desgrabados. Historia de la Psicología Cátedra II. Facultad de Psicología. UBA. 2004.
Watson, J. (1925). Emociones. Parte I. (Cap. 7) Emociones. Parte II. (Cap. 8). En, El conductismo. Buenos Aires: Piados. 1976.
Wundt, W. (1874). Sentimientos simples (Cap. 7). Formaciones psíquicas (Cap. 8). Sentimientos compuestos (Cap. 12). Emociones (Cap. 13). Procesos volitivos (Cap. 14). En, Compendio de Psicología. Madrid: La España Moderna.

"Primer informe de elaboración" - Historia de la Psicología - Cátedra II Prof. Dra. Lucía Rossi (Nota 7)



Universidad de Buenos Aires
Facultad de Psicología


Historia de la Psicología - Cátedra II
Prof. Dra. Lucía Rossi

 "primer informe de elaboración"



Estudiante:
Individual
  
año 2011 – primer cuatrimestre

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Consigna:

Determine cómo queda concebida la relación cuerpo-pasión en el Intelectualismo del Siglo XVII, para ello escoja alguna de las Pasiones para ejemplificar relacionándola respecto de su causa. Marque similitudes y diferencias con la postura Empirista del Siglo XVIII, de cuenta del camino metódico que ha sido utilizado en ambas posturas y mencione la elaboración de Kant sobre el tema.

Elaboración:

1) Breve introducción sobre el Intelectualismo del Siglo XVII
2) Breve introducción sobre el Empirismo del Siglo XVIII y sus diferencias con el Intelectualismo del Siglo XVII
3) Una pasión a modo de ejemplo
4) Breve consideración sobre Kant


1) Breve introducción sobre el Intelectualismo del Siglo XVII

El siglo XVII es el escenario en el que transcurre la vida de René Descartes, uno de los pensadores destacados del Intelectualismo y que escribe hacia el final de su vida, a mediados de ese siglo, El tratado de las pasiones del alma en el que da cuenta de la relación que, según su discernimiento, hay entre el cuerpo y las pasiones. La época y el lugar están caracterizados por varias cuestiones, una de ellas es el poder de la iglesia católica, la influencia y el dominio del pensamiento cristiano limita el conocimiento a los dogmas religiosos y el saber es transmitido por autoridad. Descartes, que fue educado por Jesuitas y por ende tuvo acceso al conocimiento, entre ellos la filosofía, la medicina y la matemática, forma parte de una generación de pensadores que produce una nueva ciencia, la física, dentro de ella la mecánica, que se transforma en el paradigma principal de la época.
Uno de los primeros planteos que se hace Descartes, que cuestiona o contradice el saber por autoridad, es que Dios le da a todos los hombres el don de la razón o del conocer y dado esto, aprendiendo a utilizar este don, todos los hombres pueden acceder al conocimiento. En El discurso del método, que escribe en el año 1637, intentando llegar a la verdad en las ciencias dirigiendo bien la razón, desecha los saberes antiguos y la experiencia de los sentidos por estar estos anclados al cuerpo, plantea la duda cómo método, puede dudar de todo, excepto de que duda y la única afirmación que considera fuera de toda duda es que piensa, el pensar es lo primero, "piensa, luego existe", cosifica así el pensamiento, lo convierte en cosa, le da existencia a un dualismo, la res cogitans o sustancia pensante donde está todo aquello que no es medible: la razón, la conciencia, el alma, y la res extensa o sustancia medible: el cuerpo, los objetos, el mundo.
Descartes utiliza el camino del análisis para establecer su método, para él el pensar es analítico, como en la matemática, al todo lo divide en partes y en la medida que avanza en el análisis emergen sus productos y aquello que se opone a la verdad es oscuro complejo y confuso, sucediendo lo mismo del lado de la naturaleza donde se emplea la mecánica y se trata de desarmar y armar los elementos que la componen (Rossi 2004). Explica mecánicamente el funcionamiento del cuerpo humano y distingue entre cuerpo y alma haciendo una división entre ellos, escribe: "Todo aquello cuya existencia experimentamos en nosotros y que  vemos que puede también existir en cuerpos completamente inanimados, no debe ser atribuido más que a nuestro cuerpo; y, por el contrario, todo lo que hay en nosotros y que no concebimos en modo alguno pueda pertenecer a un cuerpo, debe ser atribuido a nuestra alma."[1] Y más adelante "La muerte no ocurre nunca por ausencia del alma, sino porque alguna de las principales partes del cuerpo se corrompen"[2] y enseguida establece una analogía entre el funcionamiento del cuerpo todo y sus partes con la maquinaria de un reloj en el que cuando se rompe deja de actuar el principio que le da movimiento. Descartes, diferencia las funciones del cuerpo y del alma y señala una juntura entre ambos que está dada por un órgano único, no par a diferencia de los demás órganos del cuerpo, una glándula donde tiene el alma su principal sede y en donde se lleva a cabo la interacción entre ambos.
Según Descartes las pasiones son "suscitadas por los objetos que mueven los sentidos, y que estos objetos son sus causas más corrientes y principales"[3], así, las pasiones que pertenecen al alma se originan en el cuerpo, de este modo las trabaja desde una mecánica corporal, lo que permite entenderlas y estudiarlas. Las pasiones quedan así ubicadas como un concepto fronterizo entre la res extensa y la res cogitans, porque siendo acciones del cuerpo son también emociones y percepciones en el alma


Breve introducción sobre el Empirismo del Siglo XVIII y sus diferencias con el Intelectualismo del Siglo XVII

El Siglo XVIII es un escenario diferente del que había transcurrido la vida de Descartes, es un tiempo de revoluciones, la revolución de Crownwell, la revolución republicana americana en 1776 y la revolución francesa en 1789. Otra revolución que también produciría un gran impacto en la iglesia con la publicación de las 95 tesis de Lutero fue la invención de la imprenta que tendrá que ver con los cambios en los hábitos del público y será la metáfora en este escenario en el que tenemos como referente a Hume que a diferencia de Descartes, que hizo una ciencia lógica, matemática y deductiva, va a tomar otro camino metódico, el psicologismo, Hume va a pensar una ciencia a escala humana, empírica, a través de la experiencia donde el encuentro con lo real se produce desde lo fáctico, mientras que para Descarte se producía desde el pensar, aquí, en Hume, ya no hay garante divino de las ideas ni las mismas son innatas, el sujeto es una tabula rasa en el que se inscribe a través de los sentidos y la experiencia el conocimiento. Para Hume la percepción es un momento fundante del conocimiento en el que el objeto, lo real, es percibido y se imprime en el sujeto como una marca, cuando ya no está lo que queda es la imagen de la que se llega al concepto,  clasifica en impresiones e ideas a las percepciones. "La impresión es sinónimo de vivacidad, de encuentro. A medida que voy virando hacia lo abstracto, me voy acercando a la idea. Hume, dirá que la idea es una impresión debilitada y que la razón es una pasión atenuada. Hume abre el dispositivo psicológico por eso es considerado un escéptico o un relativista. Sustenta el conocimiento en la creencia, por eso se lo define como método psicologista."[4]
Descartes partía de las ideas con la garantía de Dios, Hume en cambio llega a las ideas desde el esfuerzo del sujeto, desde lo adquirido en su interacción con el mundo a través de las percepciones y la experiencia.
Hume divide a las percepciones de la mente en impresiones e ideas, siendo las primeras de mayor fuerza y más vívidas con respecto a las segundas, las que considera como imágenes de las percepciones en el pensamiento. Una idea queda entonces como una impresión atenuada. Estas dos, impresiones e ideas, a su vez las divide en simples y complejas, siendo las simples aquellas que no admiten división alguna, por ejemplo para conocer el color rojo se debe tener la impresión de dicho color de la que deriva la idea única de ese color, y las complejas que pueden ser divididas en partes, dando el ejemplo de la manzana señala que puede ser verde, fresca, dulce, así conocemos a la manzana desde varias impresiones de las que derivan varias ideas como un conjunto de atributos y formamos un concepto; de aquí el principio de constancia que sostiene que una idea simple deriva de una impresión simple y una idea compleja deriva de una impresión compleja.
Divide a su vez a las impresiones en originales o de sensación, que surgen cuando el estímulo está presente sin que haya habido una percepción anterior o un pensamiento que las preceda, como por ejemplo el dolor, el calor, los placeres físicos, y las secundarias o de reflexión, que surgen de las impresiones originales o de sus ideas, estas son las pasiones o emociones, como por ejemplo en un primer momento un dolor que después se asocia a una idea y es entonces cuando hablamos de pasión, por eso una pasión es secundaria, es el resultado de una impresión primera, un producto elaborado. Distingue también las pasiones directas de las indirectas, las primeras "nacen de una búsqueda directa del bien y una aversión por el mal"[5] y las segundas tienen como causa el agregado de "aquello que excita la emoción, el objeto, aquello a que la mente dirige su mirada cuando la emoción es excitada"[6]. Postula que las pasiones se asocian entre sí mediante tres leyes o principios, de semejanza tendiente a asociar por similitud, de continuidad en el espacio y el tiempo tendiente a asociar por la proximidad, y de causalidad tendiente a asociar en relación a causa y efecto, es decir que las pasiones al asociarse se van retroalimentando, potenciándose o disminuyéndose unas con otras y unas a otras.


Una pasión a modo de ejemplo

Tomaré como ejemplo una pasión desde el desarrollo formulado por Descartes en el Tratado de las pasiones del alma como representante del Intelectualismo del siglo XVII para esbozar algunas diferencias con la postura del Empirismo del Siglo XVIII cuyo representante en este caso es Hume. De las seis pasiones descritas como primarias por Descartes y de las que todas las demás, según dice este autor, son compuestas o especies, la elegida como ejemplo es el amor.
Según Descartes cuando se nos presenta una cosa como buena o conveniente nos hace sentir por ella amor, que lo define como una emoción del alma causada por el movimiento de los espíritus incitándola a unirse de voluntad a esa cosa que parece conveniente. Aclara que especifica que es causada por los espíritus para distinguir que es una pasión y depende del cuerpo tanto como de los juicios que mueven al alma y las emociones que estos provocan en ella. El amor como pasión del alma tiene origen en el desencadenamiento de procesos físicos del cuerpo, los que llama espíritus animales, estos sería las partículas más ligeras en la sangre que van por los músculos, el corazón, el cerebro (hoy podríamos entenderlos como neurotransmisores) y son los responsables de causar esos procesos que incidirán en el alma para que sienta esta pasión. También describe detalladamente estos procesos físicos por los cuales se originan las pasiones, explica que "cuando el entendimiento se figura algún objeto de amor, la impresión que este pensamiento causa en el cerebro conduce los espíritus animales, a través de los nervios del sexto par, hacia los músculos que hay en torno de los  intestinos y del estomago, de la manera necesaria para que el jugo de los alimentos, que se convierte en sangre nueva, pase  rápidamente al corazón sin detenerse en el hígado, y que, impulsada con mas fuerza que la que está en las demás partes del cuerpo, entre más abundante en el corazón y produzca en él un calor más  intenso, debido a que  esta sangre es más fuerte que la que se ha rarificado varias veces al pasar y tornar a pasar por el corazón; lo cual hace que este envíe también espíritus al cerebro, cuyas partes son mas gruesas y más movidas  que de costumbre; y estos espíritus, fortaleciendo la impresión producida por el primer pensamiento del objeto amable, obligan al alma a detenerse en este pensamiento; y en esto consiste la pasión del amor."[7]. La pasión del amor además de tener un origen físico en el cuerpo es explicada mecánicamente de modo que puede ser estudiada y expuesta en sus partes, desarmada, analizada, además de tener un efecto en el alma. Para Hume contrariamente a Descartes no hay origen físico de las pasiones, el origen es el objeto, alguna cualidad del mismo que impresiona en los sentidos, principalmente la vista, inscribiendo en la mente una imagen de la que deriva una idea, no hay explicación física ni mecánica del origen de la pasión, es solamente impresión donde el individuo es como un papel en blanco, no hay un pensamiento que opere previamente o inmediatamente y pueda ser reforzado o fortificado desde los procesos físicos. O sea que a diferencia de Descartes, Hume no ubica la causa de la pasión dentro del cuerpo, la ubica afuera del mismo y coloca las pasiones del lado de las impresiones, que las considera primeras, por lo que va a ser el objeto el que otorgue una impresión de amor y la pasión será secundaria porque es el producto elaborado por esa asociación. Tampoco hay en Hume el juicio de lo que es bueno o se presenta como bueno, sino que es la cualidad la que impresiona, o sea, mientras que en Descartes existe el juzgamiento de aquello que puede ser bueno o malo para Hume el bien y el mal se presentan como relativos, lo que para un individuo puede ser bueno o bello para otro puede ser malo o feo.
Estas diferencias en el modo de considerar las causas y el origen de la pasión implican una diferencia en el modo en el que se llega al conocimiento, porque mientras para Descartes la pasión es una acción del cuerpo con una explicación mecánica de la misma no representa más que un hecho posible de ser analizado, al conocimiento llegará a través de la razón que es innata, en cambio para Hume nada existe innato en el hombre, las ideas provienen de las impresiones con las que se construye la experiencia que es a través de la cual se accede al conocimiento, las mismas impresiones que son causa de la pasión, la que es un instrumento en la construcción del conocimiento.
Una distinción adicional es que el objeto de la pasión del amor es diferente en ambos, mientras Descartes dice que "no es necesario distinguir tantas especies de amor como objetos diversos se puede amar… aunque sean muy diferentes las pasiones… no obstante en cuanto participan del amor son muy parecidas"[8], para Hume "el amor o la amistad es una complacencia ante algún otro a causa de sus talentos o favores… El objeto del amor es alguna otra persona"[9].


Breve consideración sobre Kant

Para Kant si bien el conocimiento proviene de la experiencia pero no por sí sola con el mero encuentro con lo fáctico, contrariamente a Hume para Kant no todo el conocimiento tiene su origen en ella y el sujeto es más que una tabula rasa, sostiene que el sujeto está provisto de herramientas y que hay dos formas de acceder al conocimiento, una es a priori independientemente de la experiencia o secundaria a ella y que está relacionado con el razonamiento; la otra es a posteriori de la experiencia y está relacionada directamente con ella.
Sostiene Kant que para acceder al conocimiento es necesario formular un juicio articulado entre la razón y la experiencia, que el enunciado de ese juicio debe de ser verdadero o falso, distingue así entre dos tipos de juicios a priori o analíticos, derivados de la razón y los juicios a posteriori o derivados de la experiencia.
Con respecto a las pasiones, para Kant son fuertes impulsos relacionados con los placeres humanos relacionados a la experiencia, las necesidades y apetitos que tiene el hombre y están determinados por la naturaleza.



Referencias:
[1] Descartes René. Tratado de las pasiones del alma (1649), Art. 3
[2] Ibíd. Art. 6
[3] Ibid. Art. 51
[4] Prof. Lucía Rossi. Teóricos desgrabados (2004)
[5] Hume, David. Una disertación sobre las pasiones. Sec. II pto.1
[6] Ibid. Sec. II pto.2
[7] Descartes René. Tratado de las pasiones del alma (1649), Art. 102
[8] Descartes René. Tratado de las pasiones del alma (1649), Art. 82
[9] Hume, David. Una disertación sobre las pasiones. Sec. II pto.2



Bibliografía


Descartes, R. (1637). El discurso de Método. Buenos Aires: Losada. 1959
Descartes, R. (1649). Tratado de las pasiones del alma. Barcelona. Planeta: 1994.
Hume, D.: Disertación sobre las pasiones y otros ensayos morales. España: Ed. del Hombre. Ministerio de Educación y Ciencia. 1990.
Hume, D. (1739) Tratado de la Naturaleza humana; 1981, Madrid, Editora Nacional
Kant, E.: (1764) Ensayos sobre las enfermedades de la cabeza. Ed. Mínimo
Tránsito, 2001. España.
Rossi, L. Teóricos desgrabados. Historia de la Psicología Cátedra II. Facultad de Psicología. UBA. 2004
Strasser, S. (1967). Miseria y grandeza del hecho. En, Tercer Coloquio filosófico de Royaumont  Buenos Aires: Paidós.