google.com, pub-3034374697620972, DIRECT, f08c47fec0942fa0 UBA Psico Trabajos y Monografías: “Apología de la boludez” - Teoría y Técnica de Grupos - Cátedra II Prof. Adj. Reg: Lic. Percia, Marcelo (Nota 9)
Monografías, exámenes domiciliarios y trabajos prácticos, individuales y grupales, realizados para la cursada de materias de la carrera Psicología en la UBA. Los trabajos fueron subidos al blog sin modificaciones ni correcciones posteriores indicándose la nota correspondiente. Los originales están archivados en la Facultad.

“Apología de la boludez” - Teoría y Técnica de Grupos - Cátedra II Prof. Adj. Reg: Lic. Percia, Marcelo (Nota 9)


Universidad de Buenos Aires
Facultad de Psicología

Teoría y Técnica de Grupos - Cátedra II
Prof. Adj. Reg: Lic. Percia, Marcelo

"apología de la boludez"

 


Estudiante:
Individual

año 2010 – primer cuatrimestre

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Apología de la boludez


Antes de comenzar mi exposición me permito exorcizar a la palabra "boludo" de aquello que la demoniza y excluye su grafía en el ámbito académico… Hecho esto, el escribir "boludo" no debería diferir de escribir, por ejemplo, "inconsciente" ya sea que nos refiramos al inconsciente de la teoría psicoanalítica freudiana o al que nos venga en mente trátese de quien o de que trátese.

Buscando la etimología de la palabra que me convoca no llegué más que a especulaciones y suposiciones sujetas a variadas interpretaciones, algunas con mayor sentido que otras pero ninguna que pudiera arrogarse exactitud y correspondencia con la utilización del término. En el diccionario de la RAE(1) me enteré de que tiene diferentes acepciones, como adjetivo o sustantivo, de acuerdo a la región en donde se use, cosa que sucede con muchos otros vocablos; en Cuba es un calzado de puntera redonda; en México es algo que tiene protuberancias, se me ocurre como ejemplo esas bolsas plásticas con burbujitas de aire que a mucha gente le encanta hacer estallar entre sus dedos; en El Salvador es alguien adinerado, bien podría decirse, por ejemplo, de algún millonario mediático, o empresario político, o cualquier otro señor acaudalado; en Uruguay tiene varias acepciones, se usa para indicar una persona llegada a la adolescencia o a la juventud, o una persona lerda o irresponsable, para referirse a algo de gran tamaño, se me ocurre como ejemplo nuestro obelisco comparado con el de ellos que es bastante más pequeño. También en aquel país, según la definición, o para decirlo mejor interpretación de la RAE, se lo usa como en Argentina para indicar a una persona que tiene pocas luces o que obra como tal.

Me queda con esta última definición un gran vacío de significado ¿Es eso lo que quiere decir en Argentina la palabra boludo? Se me ocurre que no, que tiene un sentido diferente, que la interpretación que hace la RAE es apropiada para definir a una persona tonta o con alguna tara; hay que ser argentino o haber vivido mucho en este país y asimilado su idiosincrasia para saber qué se quiere decir cuando se dice boludo. Decimos, por ejemplo, que alguien está loco o es tonto pero no es ningún boludo, no hace falta mayores aclaraciones para entender, pero resulta difícil definir el sentido, mucho más utilizar un sinónimo por el cual clarificarlo. Boludo es, a mi juicio, una palabra particular y extraña, no tiene sinónimos (por lo menos que yo haya podido hallar) y tampoco tiene una definición equivalente con el entendimiento generalizado (trate el lector de definirla), se me ocurre pensarla como la onomatopeya de la interpretación del significado. Pero ¿cuál es ese significado?

Durante una clase teórica(2), después de leer el relato La partida de Franz Kafka(3) y de enfatizar la frase del relato "fuera de aquí" para conceptualizar el pensamiento de Nietzsche, Freud y Marx, a propósito del libro homónimo de Foucault(4), como escritores del "fuera de aquí", o como dice Grüner(5) que "han redefinido el espacio mismo de la producción de una nueva manera de leer la escritura del mundo… y lo han hecho violentando, justamente, la Ley de los modos de interpretación establecidos", el profesor trajo la referencia del relato de la expulsión de Adán del paraíso(6), el momento en que, eludiendo la responsabilidad de sus actos y sus consecuencias, primero se esconde por vergüenza, luego le carga la culpa a Eva y finalmente ambos son expulsados, contraponiendo la actitud de Adán a la de Kafka en Carta al padre(7) calificó al primero, además de cobarde, de boludo, lo que en la mayoría de la audiencia, incluyéndome, provocó una sonrisa, todos comprendimos la referencia de dicha calificación. Un docente que estaba sentado entre los estudiantes pidió la palabra para sugerir que tal vez la desobediencia de Adán y su actitud fueran el modo que encontró para hacerse echar de ese paraíso en el que ya no podía permanecer por resultarle insoportable, quizás esa boludez y esa cobardía eran a su modo su "carta al Padre" porque tal vez de haberse hecho plenamente responsable y enfrentado su deseo al del Padre, exponiéndolo, este no lo hubiese echado y en ese caso tendría que haber decidido irse o continuar viviendo en el paraíso bajo el peso del reclamo paterno. Reivindicaba a Adán que al parecer provocaba su independencia como individuo mediante la expulsión, enseguida un estudiante replicó: "Pero no es lo mismo hacerse echar que irse". Entre Adán y Kafka hay una oposición de actitudes evidentes en las que el primero no puede evitar quedar expuesto, aparentemente, como un boludo mientras el segundo aparecería como un hombre cuya actitud fuera la normal y esperable. Me cabe la pregunta de si es correcta esta apreciación acerca de Adán o no será exactamente lo contrario considerándolo en oposición a Kafka, no podría pensarse y entenderse exactamente al revés invirtiendo las consideraciones hacia cada uno de ellos. Expuesto de este modo parecería osado de mi parte, pero vale preguntarse si las conductas normales y esperables tienen correlación con las enunciadas como tales socialmente en las subjetividades que actualmente se construyen.

Foucault(8) sospecha que el lenguaje no dice exactamente lo que dice, que el sentido aparente encubre otro sentido más fuerte que no escapa de ser transmitido. Desde esta sospecha de Foucault, que me sirve como disparadora de asociaciones, se me ocurre pensar, dentro de un terreno muy acotado que pueda tomar como ejemplo, en el decir de una sociedad, en su sentido y en el sentido que encubre sin que escape de ser transmitido. El terreno es un solo término que ya he presentado y, osadamente, se me ocurrió utilizable para calificar a Kafka en lugar de Adán, y las situaciones y discursos en los que ese término es aplicado y las subjetividades que revela.

En 1985 el cantante Gian Franco Pagliaro presentaba su LP(9) Confesiones, para ello eligió la interpretación, incluida en el disco, de Balada del boludo(10), una poesía de Isidoro Blaisten (se adjunta al final del texto); como introducción para explicar la razón de la elección de ese tema en particular contó una anécdota de su niñez, quizás una de las tantas, en la que su padre lo hizo sentir así por haber cambiado una pertenencia de valor (a juicio de su padre) que era de su posesión por un caballito de madera que ansiaba profundamente, el deseo del hijo no coincidía con el deseo del padre y este no dudó en descalificarlo por el mal trueque. Relataba Pagliaro que la sensación de ese momento en su niñez la conservaba intacta y que en la poesía de Blaisten, en la que de algún modo, consideraba, se hacía una reivindicación del boludo, él mismo se sentía reivindicado en parte ante sí mismo y en parte ante su padre. La anécdota del cantante me remite a pensar en cómo se sentía Kafka ante su padre según él mismo describe en su carta, en cómo se hubiese sentido Adán si le hubiese expresado a Dios, al Padre que su deseo no se correspondía con ese paraíso que se le ofrecía, que eso tenía que ver con el deseo del Padre, que lo que hacía a la satisfacción del Padre al hijo sólo podía resignarlo.

Retomando la poesía de Blaisten, desde mi perspectiva, lejos de ser una reivindicación como entiende Pagliaro, es la presentación de una interpretación subjetiva de lo que se representa cuando se dice boludo, que descubre un sentido oculto, revela un sentido más fuerte que está en estrecha correspondencia con la subjetividad actual.

Blaisten comienza su poesía presentando a un personaje desde la pérdida y el destiempo con relación a los otros, a sus contemporáneos, alguien cuyos ideales son notoriamente diferentes de los de la mayoría, alguien a quien su madre le presenta todos los "No" a su conducta y los argumenta o sostiene en la comparación y el contraste con otros miembros de la familia: primos rectos, justos, probos, sagaces y un cuñado astuto; miembros de la sociedad en la que participan de acuerdo a lo que se presenta como norma, aquello que es normal, que es aceptado o está de acuerdo con la subjetividad de la época. Cuando hace hablar al personaje, justo después de que éste asintiera la razón que se le expone, lo califica primero el poeta, lo menciona "boludo" ¿será por quedarse "fuera de aquí" desde la perspectiva asumida por el poeta en re-presentación de la sociedad? Cuando el personaje habla también se califica con el mismo término y propone dejar de serlo, dicho esto se baja del viento y se mete en el subte, lo que debe de ser bastante incómodo para alguien capaz de comprarse un tílburi(11); el contraste de imágenes es fuerte, el viento que da idea de altura, visión amplia, libertad, contra el subte, un lugar oscuro, subterráneo, donde los individuos se trasladan en conjunto, donde son transportados, llevados por una misma senda a puntos de desembarco fijos y preestablecidos. En el año 1965, que fue escrito el poema, trasladarse en subte en lugar de un tílburi sería tal vez la metáfora apropiada, se me ocurre que hoy en día el personaje después de anunciar que sería "astuto y zahorí" se hubiese comprado un plasma o una notebook aprovechando el beneficio de las 50 cuotas "sin interés" de alguna tarjeta crediticia, o quizás hubiese primero adquirido la tarjeta para no quedarse afuera, ¿afuera de dónde? "afuera de aquí". Continúa la poesía anunciando la presencia de los parientes ricos que refuerzan la diferencia entre el antes y el después de la decisión tomada, y la diferencia que todavía y a pesar de su decisión existe entre ellos y él, le dicen: "Eres pobre, pero ningún boludo", mientras "quemaba en las plazas las hojas que molestan en otoño", de ese mismo otoño que se quedaba mirando y por el que perdía el tren del verano. "Las hojas que molestan en la plaza" ¿será necesario mencionar que esas hojas son los propios sueños? (¿Cuántas hojas quemamos? ¿En cuáles plazas molestan?). El deseo, esta vez no del hijo contrapuesto al deseo del padre solamente, sino al del conjunto, al de la sociedad toda, tras la que se ocultan los parientes ricos, los que inventan palabras e imponen interpretaciones, dice Foucault(12) citando a Nietzsche que "las palabras han sido inventadas siempre por las clases superiores; ellas no indican un significado: imponen una interpretación".

"Entonces vinieron los parientes ricos
y le dijeron:
—Eres pobre, pero ningún boludo.
Y el boludo fue ningún boludo
y quemaba en las plazas
las hojas que molestan en otoño".

Lo que viene después es una situación que se me ocurre confusa, que refleja la confusión del pensar la propia subjetividad. El sujeto no escapa a la cultura que lo atraviesa ni a las interpretaciones que le son impuestas y para buscar el camino del reencuentro con su deseo lo hace a través del Mercado, lo compra como a una mercancía, lo adquiere como un objeto de consumo que le produce conformidad, sopor, alucinación de satisfacción, pero no satisfacción y de ahí la duda que lo embarga, si se me permitiera alterar el orden de los versos, haría aparecer a las fuerzas vivas después de la duda, porque, y esto es una opinión personal, es en la duda donde tenemos la posibilidad de tomar distancia y posicionarnos inicialmente en un "fuera de aquí", lógicamente me refiero a la duda que genera cuestionamientos y replanteamientos sobre la propia subjetividad y no a la duda que es vacilación o titubeo, si la duda se refiriese a las pulgadas que tendrá el plasma a comprar lo que aparece como duda es mera ilusión. No faltó, además de las fuerzas vivas, autoridad moral alguna que le viniera a reprochar su condición: rabino, reverendo, cura católico; incluso representantes de las emociones más íntimas: un alegre y un triste; lógicamente no podía faltar un pobre, su par, pero no los parientes ricos que ya habían hecho acto de presencia cuando era oportuno, cuando correspondía, cuando el personaje les era de alguna utilidad, serán después los primeros en excluirlo. Su madre tampoco faltó a la condena, era de suponerse, de hecho es la voz del primer cuestionamiento que podría traducirse "yo no te enseñé, eduqué, crié, formé, para esto", la voz de la cultura, de la subjetividad, de la interpretación que moldea.

El boludo que presenta Blaisten en su poesía es un personaje que se me ocurre podría ser el de La partida, que escucha el llamado de una trompeta cuyo sirviente no oye, el que sale "fuera de aquí", o el redactor de una Carta al padre, que al deseo de éste confronta su deseo, el que se expresa, se arriesga y se expone, el que manifiesta sus razones, de ser necesario, mas no rinde cuentas, el que es capaz de decir que la satisfacción que se le ofrece no es la satisfacción que lo satisface porque no es la que responde a su angustia, al contrario, la tapa, la ahoga, sosteniendo en él una angustia que le es ajena y las satisfacciones que le ofrece le son ajenas también; pero no el que se desentiende, como Adán, de la responsabilidad de sus actos, de su propio deseo, de su propia angustia, no el que se deja tentar y encuentra en ello una excusa (tampoco es lo mismo tentarse que dejarse tentar), no el que se conforma, el que se acomoda a la forma predominante, a la interpretación impuesta, a la subjetividad conveniente.

Hasta aquí creo haber justificado mi osadía de desplazar el calificativo utilizado para con Adán hacia Kafka, pero ambos aparecen lejanos, inalcanzables, casi inexistentes, como formando parte de una dimensión diferente de la nuestra. Queda todavía darle forma real a la idea que pretendo expresar, pasarla a imágenes de la realidad cotidiana en la que pueda visualizarse.

Cuando propuse dicha inversión calificativa mencioné las que se considerarían conductas normales y esperables, luego hice mención a las situaciones y discursos en los que ese calificativo es utilizado revelando un sentido distinto del que se atrapa inmediatamente, un sentido que está por debajo del sentido manifiesto, y que revela la subjetividad que lo sostiene. He aquí algunos ejemplos cotidianos de los que fuera testigo quien escribe, sólo para pensarlos en relación a lo expuesto:
1) En la televisión, los noticieros presentan el caso de un suboficial de la policía tucumana, un hombre humilde con ingresos insuficientes, casado, con varios hijos, que vive junto a su familia en una vivienda precaria en un barrio de emergencia, que encuentra una importante suma de dinero, localiza al dueño y se lo reintegra, los medios lo presentan como una noticia que asombra (la honestidad asombra), los programas televisivos que confeccionan un resumen de la actualidad diaria o semanal y del espectáculo en horarios centrales se hacen eco de la noticia y la presentan como "el último policía honesto" o "un policía honesto", se deja asociada la actitud del hombre a la de un boludo, alguien lo da a entender, el mismo calificativo es utilizado en diversos círculos ante la misma noticia. 2) Sube una mujer embarazada o una anciana al colectivo, la mayoría de los que van sentados se hacen los dormidos o distraídos porque siempre hay algún boludo que se levanta a ceder el asiento. 3) Alguien decide renunciar a su trabajo por diferencias con determinadas políticas institucionales, los compañeros le sugieren "no seas boludo, si podés hacerte echar". 4) La mujer le da una golosina en el supermercado al hijo mientras hace la compra para que se quede tranquilo, el niño termina su golosina antes de llegar a la caja, la mujer presenta el envase en la caja y lo abona, alguien más la ve pagar el envoltorio vacio y le dice a su acompañante "qué boluda, podría haberlo tirado". 5) El niño va de la mano de sus padres, a un hombre que va delante de ellos se le cae la billetera, el niño se adelanta corriendo, la toma, alcanza al hombre y se la devuelve, el hombre le agradece y lo felicita, también a los padres que vienen detrás, los padres le sonríen en un cruce cordial de palabras, después regañan al niño entre dientes por ser tan boludo, aunque convienen en que es chico y todavía no entiende y le falta aprender. 5) El lector seguramente completará este punto y varios más con ejemplos de la experiencia cotidiana ajena o propia.

Al comienzo dije que se me ocurría pensar la palabra boludo como la onomatopeya de la interpretación del significado, lo sigo sosteniendo, pero si tuviera que definirla de algún modo diría que es un argentinismo utilizado para indicar a la persona que actúa conforme a su deseo y luego, tamizada su acción por la interpretación generalizada socialmente, comprende que su conducta no es la internalizada en sus pares, no es lo que ellos harían y, lejos de enmendarse y justificarse, lo sostiene a pesar de contrariar la subjetividad de su época. A menudo se utiliza como sinónimo la palabra estupidez, pero no lo son, acerca de esta última cito como metáfora una frase de Isidoro Blaisten que dice: "Siempre habrá suicidas convencidos, desamparados que merodean los lugares de la estupidez y de la vanidad humanas, desesperados que buscan la salvación e intentan comprarla en las casas del ramo, matrimonios acaudalados cuya razón de existir es la competencia con otro matrimonio acaudalado, esclavos de las modas literarias sumidos en la perplejidad y el desasosiego, seres oblicuos para quienes la vida es tangencial, tíos que deben ser asesinados, y alguien que sueña un castillo en Irlanda.". Siempre habrá también quienes, ya sea comprándose sus cinco minutos de boludo, redactando una carta, escribiendo un cuento, una poesía, o simplemente con alguna pequeña acción de la que se sientan libres de rendir cuenta, acudirán al llamado que los invite "fuera de aquí", donde cabe la posibilidad del propio deseo.

"Vino una mujer de ojos azules y le dijo:
—Te quiero."

Epílogo

Interpretamos desde la interpretación que nos interpreta, damos sentido desde el sentido que nos es dado e impuesto, transitamos las palabras, el lenguaje y las ideas que nos transitan, construimos nuestra subjetividad con materiales pre moldeados, compramos el "hágalo usted mismo" distraídos de entender que es un "ármelo usted mismo" para lo cual hay que seguir instrucciones. Mi intención (que guardé hasta el epílogo para no poner sobre aviso al lector), atento a la propuesta "pensar la universidad",  fue, inspirado en la frase de Grüner que cito en la nota 5, violentar en algo el modo de producción acostumbrado en el ámbito académico, atreverme a producir de un modo diferente utilizando y sugiriendo aquello que no es lo habitual, apelar a mi interpretación y exponerla articulada con parte del contenido teórico de la materia. Espero en algo haber incomodado al lector, espero que se haya detenido en el texto escandalizado, espero también que en algún punto haya asentido y, por sobre todo, que haya comprendido mi intención de "hacer" en lugar de "armar".


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Balada del boludo (Isidoro Blaisten - 1965)


Por mirar el otoño
perdía el tren del verano.
Usaba el corazón en la corbata.
Se subía a una nube,
cuando todos bajaban.

Su madre le decía:
No mires las estrellas para abajo,
no mires la lluvia desde arriba.
No camines las calles con la cara,
no ensucies la camisa;
no lleves tu corazón bajo la lluvia, que se moja.
No des la espalda al llanto,
no vayas vestido de ventana,
no compres ningún tílburi en desuso.

Mirá tu primo el recto
que duerme por las noches.
Mirá tu primo el justo
que almuerza y se sonríe.
Mirá tu primo el probo
puso un banco en el cielo.
Tu cuñado el astuto
que ahora alquila la lluvia.
Tu otro primo el sagaz
que es gerente en la luna.

—Tienes razón, mamá —dijo el boludo
y se bebió una rosa.
—No seré más boludo—
y se bajó del viento.
—Seré astuto y zahorí—
y dio vuelta una estrella para abajo
y se metió en el subte
y quedaron las gaviotas.

Entonces vinieron los parientes ricos
y le dijeron:
—Eres pobre, pero ningún boludo.
Y el boludo fue ningún boludo
y quemaba en las plazas
las hojas que molestan en otoño.
Y llegó fin de mes.
Cobró su primer sueldo
y se compró cinco minutos de boludo.

Entonces vinieron las fuerzas vivas
y le dijeron:
—Has vuelto a ser boludo, boludo.
—Seguirás siendo el mismo boludo de siempre.
—Debes dejar de ser boludo, boludo.

Y medio boludo,
con esos cinco minutos de boludo,
dudaba entre ser ningún boludo
o seguir siendo boludo para siempre.
Dudaba como un boludo.
Y subió las escaleras para abajo,
hizo un hoyo en la tierra
miraba las estrellas.
La gente le pisaba la cabeza,
le gritaba boludo.
Y él seguía mirando
a través de los zapatos
como un boludo.

Entonces vino un alegre y le dijo:
—Boludo alegre.
Vino un pobre y le dijo:
—Pobre boludo.
Vino un triste y le dijo:
—Triste boludo.
Vino un pastor protestante y le dijo:
—Reverendo boludo.
Vino un cura católico y le dijo:
—Sacrosanto boludo.
Vino un rabino judío y le dijo:
—Judío boludo.
Vino su madre y le dijo:
—Hijo, no seas boludo.
Vino una mujer de ojos azules y le dijo:
—Te quiero.




(1) Real Academia Española. Diccionario de la lengua española vigésimo segunda edición en línea en http://www.rae.es/rae.html
(2) Teórico del 12 de abril de 2010 de la Materia Teoría y Técnica de Grupos Cátedra II  de la Facultad de Psicología de la UBA dictado por el Prof. Adj. Reg. Lic. Marcelo Percia.
(3) Kafka, Franz. Obras Completas. Editorial Teorema. España, 1983.
(4) Foucault, Michel. Nietzsche, Freud y Marx. Ediciones El Cielo Por Asalto. Buenos Aires, 1995.
(5) Gruner, Eduardo: Foucault: una política de la interpretación en Nietzsche, Freud y Marx. Pág. 18. Ediciones El Cielo Por Asalto. Buenos Aires, 1995.
(6) La Biblia. Antiguo Testamento. Génesis capítulo 3 (puede consultarse cualquier edición).
(7) Op. Cit. Nota 3.
(8) Op. Cit. Nota 4 pág. 33.
(9) Long Play (Larga Duración) Antiguo disco de vinilo, el equivalente actual sería el CD (Compact Disc).
(10) Blaisten, Isidoro. Balada del boludo en Poesías de la brújula perdida o Poesías bajo la lluvia según las referencias encontradas, no se identificó editorial y se sabe no fue reeditado. Existe una copia archivada en la Biblioteca Nacional. 1965
(11) Op. Cit. Nota 1. Def: Carruaje de dos ruedas grandes, ligero y sin cubierta, a propósito para dos personas y tirado por una sola caballería.
(12) Op. Cit. Nota 4 pág. 45.

2 comentarios:

  1. Creí a se refería a una persona depresiva ...por algún motivo ...por eso la madre le recrimina constantemente ...que salga de la depresión...que Levante La cabeza y no ande mirando el piso y le dió la razón a la madre y decidió volver a tener el control de su vida...bajarse del viento y ir al subte...osea dejar de volar y ir a trabajar...y con su primer sueldo compra 5 min de boludo...a mi intepretacion...compra sustancia alucinógenas...y ahí donde piensa en seguir siendo boludo o no...pero decide seguir siendo boludo q toda clase social ve lo boludo q es por consumir esas sustancias...solo es salvado por el amor de una mujer

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    1. Es una interpretación válida e interesante, además de personal, como toda interpretación, justamente para eso escriben y producen les artistas, para que cada persona haga su lectura y complete desde su propia mirada. Gracias por tu comentario.

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